lunes, 28 de junio de 2010

¿Un chicle? Sí, pero ecológico

La selva tropical del sureste de México y de América Central se encuentra protegida gracias a la explotación sostenible del árbol del chicle. La creación de cooperativas dedicadas a la extracción de la materia prima y la elaboración de goma de mascar proporciona puestos de trabajo a la población local y propicia la conservación de la selva.

Los mayas, en la península de Yucatán, mascaban chicle para mantener los dientes limpios y para facilitar la digestión. Cuando, en el siglo XIX, el norteamericano Thomas Adams añadió azúcar al invento y comenzó a venderlo como “goma de mascar”, el chicle se convirtió en un fenómeno global.

El chicle, que contenía un látex no tóxico, mantuvo su fórmula inicial durante más de un siglo. Entre los años 50 y 60, la comunidad chiclera (recogedores y elaboradores de esta materia) contaba con más de 5.000 trabajadores en la selva.

Sin embargo, en los años 90 la cifra había descendido a 300. Esto se debía en parte a la introducción de polímeros, substitutos sintéticos del látex en la elaboración del chicle.

Hoy en día, esta goma de mascar extraída y elaborada de forma sostenible está recuperando su puesto en el mercado, mediante un producto certificado ecológico y biodegradable. Este es el resultado de la colaboración entre una serie de cooperativas que han formado un consorcio y desarrollado su propia marca de chicle ecológico certificado, Chicza.

En gran medida gracias a esta actividad, que protege el ecosistema del que viven numerosas familias, el Petén, la segunda selva tropical más grande del continente americano después de la Amazonía, ha sobrevivido y prosperado para cubrir 1,3 millones de hectáreas, contrariamente a otras regiones de México, donde se han practicado la tala indiscriminada de árboles para dar paso a una ganadería y una agricultura incompatibles con el ecosistema local.

Gracias a la extracción de látex del árbol de chicozapote, las comunidades locales no solamente cuentan con un medio de vida (la región cuenta con más de 50 cooperativas y 2.000 miembros), sino que también se encargan de mantener sano el ecosistema. Cada propietario realiza un cuidadoso inventario de sus árboles chicozapote y cuida de ellos.

La técnica de recogida del látex es dura y peligrosa para los hombres que la realizan, pero respetuosa con los árboles, que no sufren daños durante el proceso de extracción: solamente es necesario practicar unos cortes en zigzag en el tronco del árbol, en la base del cual se deposita una bolsa de recogida del látex, que va deslizándose poco a poco por la corteza. Una vez finalizada la extracción (unos 5 Kg por árbol), se deja reposar y curar al árbol durante un periodo de seis o siete años.
En una segunda fase, el látex se hierve, se estira y se moldea en las denominadas marquetas, que sellan el producto para facilitar su trazabilidad. El látex se mezcla con ceras naturales y se le aplican edulcorantes y sabores naturales. Este proceso de elaboración y envasado ha permitido a las mujeres y los jóvenes de las familias de los chicleros formar parte de la industria, que antes solamente empleaba a los hombres para llevar a cabo la extracción.

Fuente: LadyVerd.com

lunes, 14 de junio de 2010

Alianzas entre ciudades contra el cambio climático


Los alcaldes de ciudades líderes en el combate al cambio climático C-40, se reunieron en Berlín para intercambiar experiencias y no sólo mejorar la eficiencia energética, sino hacer alianzas para defender el planeta.

El foro de discusión de dos días que comenzó el jueves en la Alcaldía de Berlín, tuvo como objetivo intercambiar experiencias para aprender unos de otros y ayudarse mutuamente a través de proyectos de cooperación. A través de ponencias, mesas redondas y ejemplos prácticos se buscó ofrecer un panorama de qué están haciendo las ciudades para reducir las emisiones de gas efecto invernadero. Las urbes son responsables de entre un 75 a un 80 por ciento de dichas emisiones.

El foro tiene lugar en el marco del grupo líder de 40 ciudades conocido como C40, que incluye a algunas de las ciudades más grandes y más pobladas, pero sobre todo a las más activas en el combate del cambio climático y sus consecuencias. Los alcaldes han unido fuerzas para buscar soluciones.

"Siempre que venimos nos encontramos con innovaciones que podemos aprender de otros, particularmente en lo que respecta a la financiación de este tipo de proyectos", dice el alcalde de Toronto, David Miller, que abrió el encuentro en calidad de presidente en turno del C40, junto con el anfitrión, el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit.

"Los Ángeles, por ejemplo, está sustituyendo toda su iluminación urbana con bulbos ahorradores de energía, Sao Paulo, en Sudamérica, es líder mundial en la generación de gas metano para suministro eléctrico. Nueva York está renovando sus edificios viejos para reducir su consumo de energía, todas estas estrategias son muy innovadoras. La mayoría de las ciudades están actuando", dice Miller, en conversación con DW-WORLD.

Edificios que dejan escapar el calor

Toronto, centro financiero canadiense, cuenta con muchos rascacielos y los drásticos cambios de temperatura en el verano y el invierno, y de ahí las necesidades de calefacción y enfriamiento son un desafío para cumplir su objetivo de reducir las emisiones en un 80% para el año 2050. Miller cuenta que el problema lo representan sobre todo los edificios de concreto que dejan escapar el calor. Toronto ha retomado una iniciativa de Moscú que también tenía ese problema. "Estamos aislando esos edificios usando un recubrimiento de sus fachadas con lo que estamos reduciendo drásticamente el consumo de energía y con lo que hemos creado unos 30.000 puestos de trabajo", dice.

Adicionalmente está utilizando el agua profunda de los lagos para enfriar en el verano los edificios. "Toronto está rodeado de lagos y está aprovechando el agua en las profundidades que se mantiene fría durante todo el año para el enfriamiento en el verano, los edificios ya no usan el aire acondicionado", dice.

Moscú, una ciudad de 10.5 millones de habitantes, que genera 67 millones de toneladas de CO2 al año quiere mejorar su eficiencia energética en un 43% para año 2025. Leonid Bochin, ministro del gobierno de Moscú afirmó en una ponencia las consecuencias que está teniendo el cambio climático para la ciudad. "La temperatura promedio anual y la precipitación pluvial están aumentando mientras que los inviernos se están haciendo más cortos". Con el programa "una tonelada menos" Moscú busca mejorar su eficiencia energética.

Para Hong Kong en cambio, que depende totalmente de los suministros energéticos del exterior, el desafío es transformar la generación de energía e identificar nuevas fuentes de combustible. En esto la ciudad apuesta por vehículos eléctricos en la nueva generación de transporte público.

Berlín y México, ciudades hermanas

La ciudad de México está mejorando el sistema de transporte público con la construcción de un sistema de transporte de autobuses articulados en carriles confinados VRT- con el que está logrando que los habitantes de la mayor metrópoli del mundo abandonen el coche y usen el transporte público. "En México se realizan diariamente 28.3 millones de viajes de los cuales un 27% se realiza en automóvil. La mayor parte se realiza con pequeños camiones conocidos como Microbús, que son particulares y se paran donde quieren pues no están regulados. Con la instalación del sistema Metrobus se busca ir sustituyendo el transporte no regulado", afirma Gonzalo Peón, del Gobierno de la Ciudad de México.

Peón explica que actualmente hay dos líneas de Metrobús. Tan sólo una de ellas, la de Insurgentes, que cruza la ciudad de sur a norte, transporta diariamente unos 380.000 pasajeros. Al final de la actual administración del alcalde Marcelo Ebrard habrá cinco líneas de Metrobus que junto con el fomento del uso de bicicletas busca apelar a un cambio de mentalidad en la población.

Varios representantes de la ciudad más poblada del mundo se encuentran en Berlín para reactivar la hermandad entre la Ciudad de México y Berlín firmada en 1993. Hay interés en estudiar la experiencia alemana en materia de regulación energética. Ambos países tienen leyes centralizadas sin embargo en Alemania las ciudades tienen más margen de acción.

Se buscan inversionistas en Berlin

Pero también se buscan inversionistas. "En Berlín existen 848 empresas activas en el sector ambiental. A través del hermanamiento con Berlín se pueden promover proyectos en este sector. La Ciudad de México tiene un programa de acción climática que requiere de unos 5.600 millones de dólares en inversiones. El gobierno de la ciudad cuenta con la mitad, pero requiere de inversión privada", dice Peon.

Uno de los principales promotores de la reactivación de hermandad entre ambas ciudades es Michael Funcke Bartz, de la organización InWent, que recuerda el papel que tuvieron para Alemania y Francia. "Contribuyeron a mejorar las relaciones entre ambos países pero el intercambio cultural es del siglo pasado. Frente al problema del cambio climático, estos hermanamientos tienen que llegar a otro nivel y mostrar otra calidad. Considerando la responsabilidad global que los ciudadanos tienen podríamos afirmar que la cooperación entre Berlín y la Ciudad de México podría ser un buen ejemplo de hermanamiento. Algo así como un Climate Partnership", concluye.


Fuente: ECOticias.com