lunes, 23 de febrero de 2009

Usan nanogeneradores para extraer energía de baja frecuencia del movimiento de un hámster

Ingenieros del Instituto Tecnológico de Georgia han creando una nueva tecnología capaz de convertir la energía mecánica más irregular en energía eléctrica. Para ello han usado nanogeneradores que aprovechan el efecto piezoeléctrico para generar cargas eléctricas.


En concreto, han adosado algunos de estos generadores en un hámster, de tal modo que su movimiento (o simplemente mientras se rascaba) ha producido la tan esperada electricidad. Para generar energía a gran escala, el ser humano se ha visto obligado a usar los movimientos mecánicos regulares. La naturaleza, y nuestro propio cuerpo, está llena de movimientos mecánicos irregulares que también pueden llegar a ser una fuente de energía limpia y renovable.

Esta investigación permite que nos acerquemos a más a esta posibilidad. Por Raúl Morales.
¿Puede un simple hámster solucionar los problemas energéticos del mundo? Lo más probable es que no, pero uno de estos roedores ha puesto su granito de arena para proporcionarnos, a nosotros, seres humanos, una fuente de energía totalmente renovable.


La clave ha sido “vestir” al hámster con un chaleco repleto de nanogeneradores. Esos nanogeneradores producen electricidad mientras el animal corre o gira en la rueda de su jaula.
Usando la misma nanotecnología, los ingenieros del Instituto Tecnológico de Georgia han conseguido generar también corriente eléctrica a partir activar las teclas de un teléfono móvil. De esta manera, según ellos, estaríamos más cerca de que estos y otros dispositivos puedan autoabastecerse mientras los usamos. Así de sencillo.


“Usando nanotecnología, hemos demostrado formas de convertir la energía biomecánica más irregular en electricidad. Esta tecnología puede convertir cualquier perturbación mecánica en energía eléctrica”, asegura Zhong Lin Wang, profesor de ingeniería y ciencias de los materiales del Georgia Tech, en un comunicado.


Algunos estudios ya han demostrado que los nanogeneradores, en los que el equipo de Wang ha estado trabajando desde 2005, pueden ser estimulados por impulsos mecánicos irregulares, como vibraciones de las cuerdas vocales, el movimiento de una bandera con la brisa, la presión ejercida con los dedos al manipular un móvil o una guitarra o el citado hámster corriendo en su rueda de ejercicio.

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